Carta pública

Académicos del DEP sobre propuesta de Bases Curriculares para tercero y cuarto medio

Académicos del DEP sobre propuesta de Bases Curriculares

El Ministerio de Educación convocó hasta el 9 de abril a una consulta sobre una propuesta de Bases Curriculares para tercero y cuarto medio. Las características principales de esta propuesta son el fortalecimiento del Plan Común para todas las modalidades de enseñanza (Humanista-Científico, Técnico Profesional y Artística), la ampliación de la electividad en la modalidad Humanista-Científica, y la reducción del número de objetivos de aprendizaje en las asignaturas, con el fin de desarrollar capacidades más que adquirir conocimientos específicos.

Saludando la voluntad de asumir esta discusión desde la institucionalidad, expresamos nuestra preocupación por la forma de abordar los problemas curriculares y llamamos a la sociedad a estimular un debate más profundo sobre este tema.

En primer lugar nos preocupa la forma de debate y sus tiempos. Una consulta en línea, organizada con preguntas sobre “satisfacción” de distintos tópicos de la propuesta, deja escasos márgenes para la opinión más global de sus componentes. Los tiempos de ventanilla abierta para retroalimentar la propuesta son en extremo breves, menos de treinta días (ampliados en 10 días más). Y, si bien se han dado espacios de encuentro y opinión para expertos de distintas áreas, consideramos que aún estamos lejos de un diálogo social amplio sobre un currículum nacional que atienda a las necesidades del ciclo final de la educación media. Por lo mismo, proponemos que esta conversación nacional se articule con mayores posibilidades de participación real de los actores escolares, docentes y académicos, asumiendo más y mejores instancias de conversación.

En segundo lugar, se necesitan más detalles sobre las condiciones de implementación y desarrollo de esta propuesta. Parece evidente que un currículo que reduce los objetivos de aprendizaje implicará, en buena hora, mayores posibilidades de contextualización sociocultural del currículum. Sin embargo, dada la trayectoria de control y rendición de cuentas del sistema educativo, a lo que se suma la PSU como ordenador gravitante del trabajo escolar en educación media, resultará muy necesario generar medidas contingentes para hacer viables estos principios. Al mismo tiempo, como ya se deja ver por la reacción de directores y sostenedores, parece que será altamente complejo, en las condiciones actuales, dar cuenta de la flexibilidad prevista para la electividad de tópicos de aprendizaje en asignaturas electivas del plan Humanista-Científico. Lo anterior, considerando que aspectos normativos, de infraestructura, financieros y de recursos humanos aparecen como aspectos críticos a resolver. En el mismo sentido, parece además muy necesario tener más detalles sobre el abordaje de la propuesta respecto al rol que ha adquirido la PSU en el desarrollo y orientación efectiva del currículum nacional en las aulas. Un cambio de paradigma evaluativo parece inevitable.

Por último, inquieta que en medio de un discurso orientado a la integralidad de la formación siga predominando una perspectiva centrada en disciplinas y asignaturas clásicas, sin advertirse un proceso efectivo de síntesis de los saberes. Tampoco vemos concordancia con las necesidades de los y las jóvenes de nuestro país. Especialmente preocupante resulta el Plan Común, con asignaturas de apenas dos horas semanales de dedicación.

Desde nuestra perspectiva formadora de docentes para el nivel secundario, nos urge la posibilidad de un debate propositivo que permita darle al país una nueva política de desarrollo curricular que haga sentido de las condiciones existentes en las escuelas, incluyendo de base las condiciones materiales, culturales, y de comprensión de las lógicas curriculares nacionales y sus normativas. Nos preocupa que una nueva organización curricular signifique un nuevo foco de desigualdad dada las heterogéneas condiciones de los establecimientos. Esperamos que la premura institucional no genere un conflicto pedagógico de largo plazo y se tomen medidas adecuadas.

Oscar Aguilera, Valeria Cabello, Patricia Soto, Marcela Gaete, Luis Osandón, Leonora Reyes, Marisol Ramírez, Sandra Meza, Patricia Hermosilla, Iván Salinas, Zulema Serrano, Johanna Camacho, Adrián Baeza, Rolando Díaz, Bernardo González, Ana Arévalo y Alicia Zamorano. Académicos del Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP), Facultad de Filosofía y Humanidades - Universidad de Chile

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