Profesora Carla Peñaloza sobre Arellano Stark: 

"Lo más grave de su muerte no es que si pagaron o no, es que se están llevando mucho silencio"

Arellano Stark. Memoria y Derechos Humanos

“Setenta y dos chilenos habían confiado en sus compatriotas uniformados y en las leyes de su país. Se habían presentado voluntariamente ante un llamado hecho mediante un bando militar o no habían puesto resistencia alguna a la detención practicada en su casa o en su lugar de trabajo. Y mientras estaban encarcelados en provincias -esperando sentencia o cumpliendo condenas de presidio- fueron sacados por una “comisión especial”, venida desde la capital, y asesinados fuera de todo procedimiento legal” escribe la periodista Patricia Verdugo en su libro Los Zarpazos del Puma.

La caravana de la muerte es uno de los crímenes emblemáticos de la dictadura chilena. Con este acto, el poder central aplicó todo el rigor, pasando por sobre los mandos regionales y realizando un doble objetivo: eliminar opositores, pero también amedrentar a los propios jefes militares. 

La profesora Carla Peñaloza, académica del Departamento de Ciencias Históricas y coordinadora del Diploma en Educación, Memoria y Derechos Humanos, señala que el caso es particularmente importante porque “está absolutamente comprobado por la justicia que Arellano Stark actuó directamente por orden de Pinochet. Sin intermediarios. Fue enviado por Pinochet para llevar a cabo esta misión”. 

Es, por lo tanto, uno de los crímenes por los cuales Pinochet fue desaforado. “Es el crimen por el cual estaba procesado y cumpliendo arresto domiciliario cuando murió. Sí, Pinochet no murió en la cárcel, no murió cumpliendo condena, pero esto es lo más cerca que estuvo y no es menor porque estaba procesado en calidad de inculpado”, destaca Peñaloza.

El propio Arellano Stark también había recibido una condena por la Caravana de la Muerte. “Debe ser uno de los crímenes donde existe más certeza de que dio la orden directamente. A un mes del golpe”. 

Para Carla Peñaloza, el caso da cuenta de cómo funcionó la justicia en Chile. “Primero, tarde, porque cuando fue condenado ya no estaba en condiciones de cumplir pena carcelaria porque en estricto rigor en ningún país del mundo nadie que tiene más de 85 años lo hace”. La tardanza se explica, entre otros, por la nula colaboración de las Fuerzas Armadas con la justicia. “En ese sentido, la justicia ha hecho avances, pero sin la colaboración de las Fuerzas Armadas. Sin una autocrítica, sin un cambio de actitud es muy difícil”.

Aún así, Peñaloza destaca que para la historia queda que fue condenado en el marco de un plan sistemático. “Él no es inocente en la Caravana de la Muerte. Él es el responsable directo de la muerte de más de setenta personas a lo largo de todo Chile”. 

En este sentido, la profesora Peñaloza enfatiza en la necesidad de que las Fuerzas Armadas digan la verdad y entreguen a los culpables. “Es importante que las Fuerzas Armadas hablen. Tienen que romper los pactos de silencio. Tienen que aportar para que se conozca la verdad. El año 90 no quisieron participar del informe Rettig. Después han hecho ciertas declaraciones de buena conducta, pero no han cambiado su actitud y siguen defendiendo a los represores”. 

La muerte de las personas que participaron en los crímenes de la dictadura, más allá de la falta de condenas reales, deja la incertidumbre sobre el paradero de las y los desaparecidos.


Aún así, Carla Peñaloza advierte ciertas grietas, como la declaración del conscripto que participó en la patrulla que quemó a Carmen Gloria Quintana. “Las posibilidades está en aquellos que cumplieron roles menores, porque eran jóvenes, conscriptos, subordinados. Ellos podrían hablar en la medida que pierdan el temor”. 

“Sin embargo, lo verdaderamente positivo sería que desde los altos mandos de las FFAA hubiesen llamado a cooperar con la justicia. Eso se ve mucho más difícil”, explica.

“Si hay algo que me parece importante, no tiene que ver solo con los victimarios o solo con las víctimas a partir del día en que se convierten en tales, sino también en quiénes fueron las víctimas. Entre ellas se encuentra Jorge Peña Hen, músico y profesor de la Universidad de Chile, Carlos Berger, periodista y abogado, y David Silverman, ingeniero civil . Quiénes eran y por qué a este país le hace falta gente como ellos”. 

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